La inmensa mayoría de los volcanes de la Tierra –aproximadamente 75%– se encuentran bajo las olas, nuestro entendimiento sobre éstos sigue siendo limitado. La inaccesibilidad del interior de la Tierra ya supone un desafío para los vulcanólogos; sin embargo, cuando estos volcanes se encuentran ocultos bajo la columna oceánica, la tarea se vuelve exponencialmente más difícil. La obtención de observaciones directas y la obtención de datos sobre los interiores volcánicos submarinos representa, por ende, un reto importante.
Aunque los vulcanólogos reconocen desde hace tiempo los graves riesgos asociados al vulcanismo submarino, éstos se volvieron evidentes para la audiencia global en enero de 2022, cuando el volcán Hunga-Tonga Hunga Ha’apai (HTHH), ubicado en Tonga, en el Pacífico Sur, proyectó una columna de ceniza que alcanzó una altitud de 57 km, de esta forma, por primera vez, se pudo observar una pluma de ceniza volcánica mesosférica.
Durante el evento, casi 10 km² del fondo marino y los flancos del volcán quedaron cubiertos por el material desprendido del edificio volcánico, incluidos los sedimentos arrastrados desde el lecho del mar. La mayor parte de ese material se depositó en un radio de 20 km del volcán, ocasionando efectos devastadores en los ecosistemas marinos. Además, los flujos resultantes, interrumpieron los cables de comunicación entre el Reino de Tonga y el resto del mundo, lo que dificultó considerablemente la respuesta a la catástrofe en los días y semanas posteriores a la erupción. Ésta fue la mayor erupción de un volcán submarino en siglos.
Entorno Tectónico del HHTH
El HHTH se ubica a lo largo de la cresta Tonga-Kermadec, que surge de la subducción de la placa del Pacífico debajo de las microplacas de Tonga y Kermadec. En esta dinámica tectónica, las placas convergen permitiendo que la Placa del Pacífico se deslice debajo de dichas microplacas. Debido a que esta región es una de las zonas de subducción más rápida del planeta, con un ritmo de alrededor de 20 cm por año, la actividad volcánica es frecuente. Además, la subducción a lo largo del arco Tonga-Kermadec es común debido a que las placas tectónicas implicadas son todas oceánicas; lo que resulta en una abundancia de volcanes submarinos en la región.
Antes de la erupción de 2022, sólo dos pequeñas islas del HHTH emergían sobre el nivel del mar, a pesar de que el volcán tiene una altura desde la base hasta la cumbre de 1,400 m. Durante la erupción de 2022, la porción emergida de la isla fue completamente destruida; además de las cenizas y otros gases volcánicos liberados, se inyectó a la atmósfera un enorme volumen de agua, equivalente al 10% de la cantidad global de agua en la atmósfera.
Al respecto, El doctor Román Álvarez, investigador del IIMAS-UNAM se ha propuesto comprender más profundamente la estructura del sistema de tuberías bajo el HHTH, con el objetivo de explicar el enorme volumen de agua transferido del océano a la atmósfera.